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miércoles, 20 de julio de 2016

Los mitos del uribismo

Todos los saboteos siempre empiezan con falsos rumores. El saboteador se vale del miedo y de la mentira para desestabilizar un proceso; y en el caso del proceso de paz, el uribismo ha sido prueba contundente de ello. Ahora que la Corte Constitucional dio el visto bueno al plebiscito, es pertinente salir a desmentir algunos de estos “mitos” que llevan engañando a los incautos durante varios meses:
1. “Uribe nunca quiso un proceso de paz con la guerrilla”. Falso. En su primer gobierno, el expresidente Álvaro Uribe comenzó a negociar con el ELN y, según un artículo de la BBC, hasta consideró la posibilidad de pagarle a esta guerrilla a cambio de no secuestrar. La iniciativa no prosperó y, honestamente, nuestro “gran colombiano” estaba más ocupado desmovilizando a las AUC, las mismas que luego se convertirían en las bacrim de las ciudades.
2. “Los que apoyan los acuerdos de paz de La Habana son santistas”. Mentira. Aunque el país está polarizado, eso no quiere decir que las posiciones políticas se hayan reducido a santistas y uribistas. Santos no tiene ni tendrá el monopolio del posconflicto y no es solo de su gobierno el deseo de una Colombia sin guerra.
3. “Colombia está siendo tragada por el fantasma del comunismo”. Creer esto no te convierte en uribista, pero sí en un tonto. Hay que ser demasiado ingenuo o demasiado cínico para negar que Colombia es uno de los países más capitalistas de Suramérica: sus pensiones son cada vez más lejanas y mezquinas, su salario mínimo es el cuarto más bajo del continente (después de Venezuela, Brasil y Perú), su sistema de horas extras induce a la explotación laboral y no reduce el desempleo, su educación pública se deteriora en beneficio de la privada (las universidades privadas reciben el 98% de los recursos del programa Ser Pilo Paga) y su sistema de salud transmutó un derecho fundamental en una mercancía.
4. “Las FARC están esperando un descuido del gobierno para realizar nuevos atentados”. En la búsqueda de la paz hay que ser muy conscientes de que en este país hay grupos políticos que viven de la guerra y no quieren que el conflicto se acabe. De estos grupos puede esperarse cualquier cosa para boicotear el proceso de paz. Es posible que ellos mismos elaboren atentados terroristas y se los atribuyan a la guerrilla, como pasó en 2002 con el extinto DAS y en el 2006 con el Ejército Nacional. Estos atentados se planearon en las dos posesiones presidenciales de Uribe, toda una casualidad, ¿no?
No hay como pensar por uno mismo. ‘Sapere aude’, decía Kant. Atrévete a saber, ni Uribe ni nadie puede pensar por ti.

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